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lunes, 22 de noviembre de 2010

Yo, Cujo

Hola.

Me llamo Cujo. Soy un San Bernardo de 100 kilos y vivo en una granja en las afueras de Castle Rock.

Mi dueño es un mecánico que arregla tractores, camiones y autos en el taller de su propia granja. Tiene una MUJER, que siempre parece muy desdichada, tal vez porque el HOMBRE la trata con mucha frialdad y a veces hasta con crueldad. La MUJER siempre parece estar deseando estar en cualquier otro lugar, como si fuera muy infeliz con la vida que lleva en la granja. Y por supuesto, está el NIÑO, Brett, que es con quién mejor me llevo. Es mi mejor amigo, sin duda. Juega conmigo desde que era cachorro. Jugamos en el campo que hay detrás de la casa. Él me lanza la pelota y yo voy a buscarla. Es un juego muy sencillo pero a mí me encanta. Podemos jugar así durante horas.

También me encanta la granja en la que vivo. Está apartada de todo, es muy tranquila y tengo espacio de sobra para correr y jugar. Me encanta pasear por el campo, correr, beber agua del arroyo y perseguir animalitos por el prado. He de decir que no les hago daño, simplemente juego con ellos, persiguiéndolos, pero después de un rato, los dejo ir.

Justamente, hace unos días, estuve persiguiendo un conejo. Lo vi y de inmnediato empecé a correr tras él. Tengo que admitir que el pequeño conejito fue muy rápido y me sacó mucha ventaja. Pero yo también puedo ser rápido. Lo perseguí hasta que se escondió en una madriguera que  había  entre unas rocas del suelo. Yo, sin dudarlo, metí la cabeza por el agujero y entonces me di cuenta que era demasiado pequeño. Me quedé atascado y empecé a ladrar. El conejo estaba en el fondo de la madriguera, asustado, mirándome con sus ojos redondos y brillantes. Pensé que la madriguera era de él y que sólo él vivía allí. Pero me equivoqué. Mis ladridos despertaron algo más que habitaba en la cueva. Algo que chillaba de una manera horrible y agitaba unas alas negras cubiertas de pelo. De pronto, una de esas criaturas, alterada por mis ladridos, me mordió en la nariz. Me clavó sus colmillos, dejando una pequeña herida. Sentí mucho dolor, un dolor punzante, horrible. Por suerte pude sacar la cabeza del agujero. Me fui a casa, adolorido, dejando atrás los chillidos de esas criaturas horribles en su cueva horrible. Ya no me interesaba jugar con el conejo.

Desde ese día, me siento bastante extraño. No sé qué me pasa. He empezado a sentir dolores en todo el cuerpo. Como calambres. Me duele mucho la nariz, en donde me mordió la criatura alada. Siento que todo me altera, sobre todo los ruidos fuertes. No los soporto. He tenido pesadillas horribles con cosas monstruosas que se arrastran en la oscuridad y quieren atacarme. A veces despierto en mitad de la noche, aullando, sintiendo que todavía estoy viviendo la pesadilla. Ya no quiero jugar con el NIÑO. Me escondo de él y de todos los demás HUMANOS. Me escondo a la sombra porque ya no soporto el calor. Me irrita la presencia de cualquier persona. Hace poco le gruñí al vecino de mi dueño, un VIEJO que vive en una casa destartalada cerca de nuestra granja. El viejo me gusta y yo le gusto a él. Cada vez que me ve me da galletas. Pero ayer lo vi y me pareció que era horrible, que era uno de los monstruos con los que a veces sueño y entonces le gruñí y le tuve desconfianza. Quería atacarlo. Estoy empezando a oler mal, como si me estuviera descomponiendo. Hoy hice mis necesidades en el taller de mi dueño. No sé por qué lo hice. Nunca antes había hecho algo así. Simplemente no pude aguantarme. Estoy avergonzado de mí mismo y también asustado. Asustado porque no sé qué sucede conmigo. Siento que me estoy volviendo malo. Como si esa criatura alada de la cueva me hubiera transmitido su maldad al morderme. Tengo miedo de hacerle daño al NIÑO si se me acerca con la pelota, para jugar. Tengo miedo de hacerle daño a la gente que quiero. No sé qué me ocurre, pero espero que pase pronto. Cada hora que pasa siento que estoy peor.

Ya quiero estar bien, para volver a ser el de antes.

NOTA: Esta "crítica" iba a ser publicada originalmente en Film Affinity ("Tu página de cine"), pero dado que tiene más de 3000 caracteres (el límite establecido en la página), fue imposible publicarla. Por eso la publicó aquí, en mi blog, donde el límite para los caracteres es el cielo o, tal vez, el espacio sideral.