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viernes, 29 de octubre de 2021

Entendiendo Halloween

¡Hola, amiguitos! Aquí estamos de nuevo con otra entrada cinéfila. Con motivo de la celebración de Halloween y a propósito del estreno de Halloween Kills, se me ocurrió hacer una pequeña entrada explicativa de esta saga, que empezó allá por 1978, creada por el maestro John Carpenter (me paro para nombrarlo) en colaboración con la fantástica Debra Hill (guionista, productora y mano derecha de Carpenter). Halloween supuso todo un hito en el género de terror y se convirtió en un clásico de culto ineludible para los fanáticos, no solo del terror, sino del cine en general. En lo personal, es una de mis películas favoritas. De premisa extremadamente simple (un asesino enmascarado persigue a niñeras blandiendo un cuchillo) pero a la vez extremadamente bien hecha, impecablemente dirigida y con una música fascinante. El problema es que originó toda una ristra de secuelas bastante inferiores en calidad y en las que la historia se volvió cada vez más enrevesada y confusa conforme las películas iban avanzando. El motivo principal de esta entrada es organizar un poco todo y tratar de encontrarle un mínimo de sentido (créanme, no será fácil), además de animarlos a echarle un vistazo a esta mítica saga, si no lo han hecho antes.


Antes de empezar, un par de aclaraciones:

1) En este recuento no voy a incluir las remakes de Rob Zombi (Halloween de 2007 y Halloween 2 de 2009), porque son algo completamente distinto, como un mundo aparte, y se merecerían una entrada independiente dedicada exclusivamente a ellas.

2) Voy a dar detalles sobre cada película, la trama, el argumento y a veces el final,  así que desde ya, un gran SPOILER ALERT. Avisados quedan.

Muy bien, sin más preámbulos, comencemos.





HALLOWEEN (John Carpenter, 1978)La pionera, la primera, la mejor de todas. Aquí conocemos por primera vez a Michael Myers, cuando, siendo un niño de apenas seis años, masacró brutalmente a su hermana mayor con un cuchillo, durante la noche de Halloween. Luego de pasar quince años encerrado en el manicomio de Smith’s Grove, sin pronunciar una sola palabra, logra escapar debido a un accidente y regresa a su pueblo natal, Haddonfield (Illinois), para seguir sembrando el terror a base de perseguir niñeras. El doctor Samuel Loomis (interpretado por el magistral Donald Pleasence), psiquiatra que atendió a Michael durante su largo encierro, no descansará hasta atraparlo o acabar con él, lo que pase primero, convencido de que Michael es el mal en persona. Mientras tanto, Laurie Strode (Jamie Lee Curtis), una joven estudiante de Haddonfield, se las verá cara a cara con el monstruo enmascarado (que en el guion original era descrito simplemente como “la forma”) mientras cuida a un par de niños durante la noche de Halloween. La premisa es tan sencilla como efectiva, el guion es directo y de muy buen ritmo y la estilizada dirección de Carpenter logra darle mucho interés y elevarla por encima de la media, sobre todo teniendo en cuenta que no hay ningún oscuro y retorcido motivo detrás de la violencia desatada por Michael. No hay vuelta de tuerca. No hay un por qué. Michel simplemente manta. Lo que se le cruce por delante. Es como una implacable fuerza de la naturaleza que va sembrando el caos y la destrucción allí por donde pasa. O lo matas o te mata él. Punto. Mención especial merece la música, compuesta también por Carpenter, brillante y estremecedora, simple y efectiva, ideal para esta historia, que al igual que la máscara blanca de nuestro asesino, se convirtió en un icono de la saga y del género de terror moderno en general. Rivaliza con composiciones como la de El Exorcista o El Resplandor. Halloween es considerada por muchos un “proto-slasher” (aunque el origen del género es discutible y excede los propósitos de esta entrada), que sabe jugar muy bien con la tensión, el suspenso y el miedo a lo desconocido en lugar de inclinarse por los litros de sangre derramada y las tripas desparramadas. Gran película y un clásico indiscutible del género de terror moderno.


HALLOWEEN II (Rick Rosenthal, 1981) – Originalmente, la idea de Carpenter no era hacer una secuela. La historia de Michael Myers, Laurie Strode y el Doctor Loomis es tan simple y efectiva que bastaba con la primera película. No había nada más que agregar. Pero al parecer, los productores no pensaron lo mismo. Decidieron continuar con las aventuras del asesino enmascarado, por más que es imposible extraer sangre de un ladrillo. Carpenter accedió a escribir el guion, pero se abstuvo de dirigir. La dirección recayó en Rick Rosenthal, que, visto lo visto, hizo un trabajo medianamente decente. El guion, por otro lado, le costó a Carpenter varios quebraderos de cabeza. Simplemente no sabía qué más agregar. Ya llegaremos a eso. La segunda parte continúa exactamente donde la primera terminó. Cuando el doctor Loomis acribilla a balazos a Michael y este cae por el balcón, todos lo dan por muerto, pero… ¡no es así! Michael ha sobrevivido y ahora anda al acecho otra vez. Por su parte, Laurie es hospitalizada, malherida y en estado de shock. Michael emprenderá un sangriento camino hasta el hospital para hacerle una visita y terminar el trabajo, mientras Loomis, ayudado por la policía, intentará detenerlo a toda costa. La película, en líneas generales, es correcta, aunque significa un bajón importante con respecto a la primera. Hay suspenso, sí, tensión también, pero también algunos problemas de ritmo. Por su parte, Laurie, que pasa casi toda la película acostada en una cama de hospital casi sin pronunciar palabra, es de lo más flojo del film. Y, sin dudas, lo más llamativo y divisorio (en cuanto a que algunos les parece un giro inesperado e inteligente y a otros ridículo), es el giro que nos revela que Laurie es hermana de Michael y fue dada en adopción cuando él fue encerrado en el manicomio. Esa es la razón por la que Michael va tras ella. Lo de los quebraderos de cabeza que le dio a Carpenter escribir el guion para esta película que mencionábamos más arriba, viene precisamente por eso: esa revelación del lazo de sangre entre Michale y Laurie es algo que Carpenter se sacó de la galera a último momento, simplemente porque no sabía qué más añadir para darle interés a la historia. En lo personal no me parece un giro demasiado rebuscado (pese a que a Carpenter nunca le convenció), los he visto peores, pero analizando la película detenidamente, nos damos cuenta de que en realidad no aporta gran cosa al desarrollo de la historia. Es simplemente un motivo para que Michael vaya tras Laurie. Supongo que podría haber sido peor. Como dijimos antes, esta segunda parte no es una maravilla, pero se deja ver.


HALLOWEEN III: LA ESTACIÓN DE LA BRUJA (Tommy Lee Wallace, 1982) – Llegamos a la tercera parte, la rara de la familia, la inadaptada, por así decirlo. Película que en su momento causó la furia de los fanáticos, que simplemente no entendían que tenía que ver esto con la historia de Michael Myers. Halloween III es un intento de retornar a la idea original de Carpenter, Debra Hill, et al, de hacer una serie antológica de películas de terror ambientadas en Halloween. O sea, que cada película fuera una historia diferente y autoconclusiva. El problema es que ya habían hecho la secuela de la primera, continuando la misma historia y la gente lo que quería era más Michael Myers acechando niñeras adolescentes. El guion de esta tercera película fue escrito originalmente por Nigel Kneale (autor de ciencia ficción), luego reescrito por Carpenter y finalmente reescrito una vez más por Tommy Lee Wallace, que también se encargó de la dirección. La historia se centra en Daniel Challis, un médico interpretado por Tom Atkins, que debe resolver el caso de unas extrañas muertes que se producen al usar máscaras de Halloween (una bruja, una calavera y una calabaza) de la fábrica de juguetes Silver Shamrock, ubicada en el pueblito de Santa Mira, California. Con la ayuda de una joven dueña de una tienda de regalos, el médico irá a Santa Mira a desentrañar el misterio de las máscaras y descubrirá una conspiración de tintes sobrenaturales que involucra androides asesinos y una secta que utiliza uno de los bloques de piedra de Stonehenge con extraños poderes como fuente de energía para las máscaras... En otras palabras: nada que ver con la historia de Michael Myers. Recuerdo que la primera vez que vi Halloween III sentí lo mismo que la mayoría de la gente: una mezcla de decepción y enojo. ¿Dónde está Michael? ¿Dónde están Laurie y el doctor Loomis? ¿Qué tiene que ver toda esta locura de rayos diabólicos y robots con un asesino enmascarado? Demás está decir que la película fue vilipendiada y vapuleada durante décadas, condenada al ostracismo. Los años pasaron y volví a verla. Y la verdad es que no está tan mal. No estoy diciendo que sea una obra maestra ni una joya escondida, pero con todo es un cuento macabro bastante interesante que no se merece el odio que recibió en su momento. Hay que verla como lo que es: una historia independiente de Michael Myers, que nada tiene que ver con él. Si se llamara simplemente “La Estación de la Bruja” y no tuviera el “Halloween III” adelante, tal vez hubiera recibido otro trato.


HALLOWEEN IV: EL REGRESO DE MICHAEL MYERS (Dwight H. Little, 1988) – Luego del tropezón de la tercera entrega, regresamos con las aventuras de Michael y su pandilla. Esta película, además de una secuela, es una suerte de “soft reboot” de la primera (algunas escenas son casi idénticas a las de la película de 1978), aunque de bastante inferior calidad. Michael ha pasado diez años en estado catatónico encerrado en una prisión de máxima seguridad. Finalmente intentarán trasladarlo al hospital de Richmond, pero, como cabía esperar, Michael despertará de su largo letargo justo en ese momento, matará la personal y emprenderá el camino de regreso a Haddonfield para terminar lo que empezó en 1978. El doctor Loomis, al borde de la locura, hará lo que sea para intentar detenerlo. Ahora, Michael irá tras los pasos de Jamie Lloyd, hija de Laurie Strode (que no aparecerá en esta película, ya que, teóricamente, murió en un accidente), su propia sobrina, una niña con la que lo une un vínculo muy especial. Halloween IV es la primera entrega de lo que de forma no oficial se conoce como “La Trilogía de la Espina”, que incorpora elementos sobrenaturales a la trama (descontando la tercera, claro, pero esa es una historia que nada tiene que ver con esta). Halloween IV no es especialmente mala (el final, justo es decirlo, es de lo más impactante y descorazonador del filme) pero, a mi parecer, tampoco es una secuela muy memorable. La incorporación de elementos sobrenaturales se siente forzada, fuera de lugar. Halloween nunca se trató de eso. Volvemos al problema de la bella simpleza de la primera entrega: una vez terminada, ya no hay nada más que añadir. La película aporta ciertos temas interesantes, como el pánico creciente que se expande como una enfermedad por todo Halloween y hace que los vecinos salgan a cazar a Michael intentando hacer justicia por mano propia (con las terribles consecuencias que esto implica) pero la mayoría de los personajes resultan bastante olvidables, excepto el doctor Loomis, cuyos encuentros con su paciente lo han dejado al borde de la locura y Jamie Lloyd, interpretada por Danielle Harris, que hace un trabajo más que decente.



HALLOWEEN V: LA VENGANZA DEL MICHAEL MYERS (Dominique Othenin-Girard, 1989)En su momento, considerada la peor de la serie (no lo es, créanme, hablaremos de ella más adelante) y con razón. Yo no creo que sea la peor, pero sí una de las más flojas. Segunda parte de la “Trilogía de la Espina”, que retoma la historia de Jamie Lloyd, ahora traumatizada e internada en un psiquiátrico, sin hablar, pero desarrollando un vínculo telepático con su psicóptico tío Michael, que regresa de la muerte para encontrarla y seguir sembrando el caos en Haddonfield. Michael usa la telepatía para encontrar a su sobrina y además hace aparición un extraño personaje vestido de negro que llega al pueblo para “ayudar” a Michael a realizar sus sangrientos actos. Esta “mano negra” lo ayudará a escapar de la cárcel al final de la película y veremos por primera vez el tatuaje de la espina (un símbolo rúnico de un triángulo sobre una línea) en la muñeca de Michael. Al igual que lo que ocurrió en la segunda parte con la hermandad entre Michael y Laurie, lo de la espina y el hombre misterioso, son elementos que los guionistas añadieron para dar más interés a la historia, aunque no tenían la menor idea de qué significaban exactamente y qué hacer con ellos después, dejando esta tarea a los que se encargaran de las secuelas posteriores. La película, en sí misma, poco aporta, incluso como secuela. Michael poco menos que se vuelve inmortal, al mejor estilo Jason Voorhees. Nada lo detiene, ni siquiera el enloquecido doctor Loomis. Hay errores de continuidad (la casa de los Myers, por ejemplo, no tiene nada que ver con la de las películas anteriores), pero lo peor es que la película parece olvidar por completo el final de la anterior (Jamie sigue los pasos de su tío, por así decirlo) y no es nada más que más de lo mismo. No hay personajes memorables, pero sí molestos (en especial la famosa Tina) y es una de esas películas de terror en las que te alegras cuando el asesino mata a alguno de ellos. Y cuando eso pasa, es mala señal.


HALLOWEEN VI: LA MALDICIÓN DE MICHAEL MYERS (Joe Chappelle, 1995) – Tercera y última parte de la “Trilogía de la Espina”. ¿Adivinen qué? Michael no murió en la película anterior y regresa a su pueblo natal (un Haddonfield que tras los asesinatos ha decidido cancelar la fiesta de Halloween) para seguir derramando sangre. En esta sexta entrega, asistiremos al final de Jamie Lloyd en la primera escena, muerta a manos de Michael, justo después de dar a luz a su bebé (que al final resultará ser hijo del propio Michael... ¡puaj!) y haber estado prisionera en las mazmorras de la Secta de la Espina. Esta vez el rol protagónico recaerá en Tommy Doyle, el chico que Laurie cuidaba en la primera película y que no ha superado el trauma de su encuentro con Michael, encarnado en esta ocasión por (un entonces desconocido) Paul Rudd. Tommy encontrará al bebé de Jamie (quien logró esconderlo antes de que Michael la matara) y a partir de ahí, él y el doctor Loomis (ya muy envejecido y obligado a volver de su retiro)  lucharán a brazo partido contra Michael y tratarán de salvar al recién nacido de las garras de la temible secta que piensa sacrificarlo para un ritual que se llevará a cabo la noche de Halloween. Esta película es famosa por tener dos versiones: en una, el doctor Loomis tiene más escenas, hay más diálogos que explican mejor el origen de Michael y de la secta, y la edición es decente. En la otra, impuesta por los productores, se cortaron varias escenas con el psiquiatra porque eran “aburridas”, la edición es un espanto (no estaría mal fuera de un videoclip) y se cambió el final, además de que muchas escenas se filmaron otra vez. De todas maneras, ninguna de las dos versiones es demasiado buena.  Para más datos, esta fue la última película en la que participó Donal Pleasence antes de morir y son evidentes los problemas de salud que el actor estaba atravesando en ese momento. Volviendo a la película, muchos la consideran la peor después de la quinta parte, y si bien es cierto que es muy floja (toda la historia de la Secta de la Espina sigue siendo algo totalmente traído de los pelos para mi gusto), no creo que sea LA peor. Ese honor le corresponde a otra, de la que falta poco para hablar. En lo personal, lo que más me molesta de todo el asunto, desde la cuarta película hasta aquí, es que Michael se convierte en un mero títere de alguien más, el brazo ejecutor de alguien que está por encima y lo maneja a su antojo. Para peor, parece que Michael siempre necesita que alguien le eche una mano para escaparse o para empezar a matar, como si no pudiera valerse por sí mismo. Le hace perder la fuerza y esa sensación de ente implacable que alguna vez supo tener.


HALLOWEEN: H-20 (Steve Miner, 1998) – Es el veinte aniversario del estreno de la primera película y Michael Myers decide volver de sus largas vacaciones para cazar a Laurie Strode. Así es, Jamie Lee Curtis regresa en el papel que la catapultó a la fama, ahora convertida en profesora de un distinguido colegio privado de California. Laurie, pese a llevar una vida relativamente normal, no termina de superar el trauma que significó su primer encuentro con Michael en 1978. H-20 hace borrón y cuenta nueva y olvida todas las películas a partir de la segunda. O sea, nada del Culto de la Espina. En este nuevo universo, Jamie Lloyd no existe y en su lugar, Laurie tiene un hijo, John, interpretado por Josh Hartnett que estudia en el mismo colegio donde ella enseña. Michael aparece, luego de hacer una visita a la enfermera Maryon Chambers, para revisar sus archivos y averiguar dónde vive Laurie, y decide pasar por el colegio a saludarla durante un día de campamento en el que la institución estará prácticamente (y convenientemente) desierta, a excepción de Laurie, su hijo,  algunos amigos de este y el divertido guardia de seguridad. La película obvia explicar dónde ha estado Michael los últimos veinte años y qué ha estado haciendo (¿Estuvo escondido en una cueva? ¿Viajando por el mundo? ¿Trabajando en una hamburguesería? ¿Recluido en un templo budista?), pero digamos que ese es un detalle menor. H-20 es una película particular. Se siente menos como una secuela de Halloween y más como un slasher al uso que trató de colgarse del éxito de Scream, estrenada en 1996. Y no es de extrañar, porque se estrenó en 1998, cuando la fiebre por el slasher adolescente estaba en su apogeo y cada maldita película de terror que salía en esos años era una copia de Scream. De hecho, los vínculos con Scream no terminan ahí: Kevin Williamson, guionista de Scream, colaboró con el guion de H-20, aunque su trabajo no aparece acreditado, además de que la película utiliza una versión reciclada de la música que Marco Beltrami compuso para Scream 2. También hay un pequeño “cameo” de Scream 2, que los personajes están viendo en la televisión mientras se preparan para dar una pequeña fiesta nocturna en el colegio desierto. Otra característica interesante es que en una breve escena se puede ver que Michael usa una ridícula máscara de CGI, que parece salida de algún juego de Play Station 1. Lo cierto es que la película transcurre sin demasiado interés hasta el final, cuando el enfrentamiento Laurie-Michael tiene lugar y esta pone fin de una vez y para siempre a su perseguidor con un certero golpe de hacha, que hace volar la cabeza de Michael por los aires (¿O tal vez no?). Como secuela, como “Gran Regreso”, como “Película Aniversario”, H-20 no aporta demasiado, ni que decir como película de terror. La historia se siente repetitiva y poco inspirada. Michael ya no causa tanto miedo. Para colmo, su máscara se ve totalmente ridícula, es una de las peores de la serie, y no me refiero al segundo que vemos de CGI. Se ve como una de esas máscaras baratas que se compran en una tienda de regalos dos minutos antes de llegar a la fiesta de Halloween del vecino. Y la película en general también se siente así. Una fiesta de Halloween aburrida, sin gracia, donde donde los pocos invitados se quedan en los rincones murmurando, mientras la música suena  y la pista de baile permanece vacía. Michael tendría que haberse retirado hace años.


HALLOWEEN: RESURRECCIÓN (Rick Rosenthal, 2002) – Finalmente llegamos. Les dije que Halloween V no era la peor de la saga. Ni siquiera Hallowen VI, pese a todos sus problemas, se lleva ese dudoso honor. El premio se lo lleva esta cosa que tenemos aquí. Nadie sabe qué es. O por qué se hizo. Pero existe, lamentablemente. Tal parece que al final de H-20, Michel no murió decapitado por un hacha empuñada por Laurie Strode sino que, en un confuso episodio metido con calzador, Michel le puso la máscara a un pobre diablo que Laurie confundió con él y logró escapar por los pelos. Ahora, Laurie está recluida en un manicomio y Michel decide visitarla por última vez. Laurie muere en el enfrentamiento inicial y todo lo que pasa en el resto de la película no tiene absolutamente nada que ver con ella. Por su parte, un grupo de jóvenes universitarios gana un concurso de televisión por internet que consiste en pasar una noche entera (la noche de Halloween, por supuesto), en la casa de la familia Myers, que después de tanto tiempo abandonada tiene el aspecto de la casa embrujada más genérica del mundo (solo faltan los murciélagos de cartulina pegados en las ventanas). Los jóvenes, provistos de cámaras que llevan atadas en la cabeza, irán cayendo uno a uno a manos de Michael, que vive en las alcantarillas bajo su casa y detrás de las paredes, mientras el show es conducido por el rapero Busta Rhymes, que enfrentará a Michael en una batalla final con karate incluido. Sí, es tan estúpido como suena o incluso más. No sé si la película intentaba hacer un comentario sobre la era del reality show que había empezado por ese entonces (sobre todo Gran Hermano y La Isla), pero lo cierto es que es tan ridícula que no hay manera de tomársela en serio, ni que decir que no produce nada ni remotamente parecido al miedo. Michel es reducido a un mero payaso enmascarado que solo causa vergüenza ajena. Rick Rosenthal, director de la correcta Halloween II, regresa a la dirección para traernos este esperpento absolutamente olvidable.  Los insertos de video desde el punto de vista de las víctimas de Michael, gracias a las cámaras que llevan en la cabeza, son poco menos que vomitivos. Todo se ve borroso, desdibujado, penoso. Quizá sea mejor así. El intento por emular el género "found footage" iniciado por The Blair Witch Project en 1999, se ve exactamente como eso: un torpe intento, la imitación de un "gimmick" para atraer al público. Para colmo, no hay un solo personaje rescatable. Todos, incluso la insulsa protagonista, son insoportables y perfectamente olvidables. Al final, Busta Rhymes es lo mejorcito de la película. Poco más que añadir. No vale ni siquiera como mera curiosidad. Totalmente desechable.


HALLOWEEN (David Gordon Green, 2018) – Secuela/reboot de la original, que vuelve a hacer borrón y cuenta nueva y olvida todas las películas después de la primera. Han pasado cuarenta años desde el encuentro entre Laurie Strode y Michael Myers. Desde entonces, Michael ha estado encerrado en el hospital psiquiátrico de Smith’s Grove, ahora bajo el cuidado del doctor Ranbir Sartain, discípulo de Loomis. Por su parte, Laurie vive recluida en una casa a las afueras de Haddonfield, cercada, con cámaras de seguridad y miles de trampas al mejor estilo Home Alone. Laurie tiene una hija y una nieta, además de dos matrimonios fracasados, problemas con el alcohol y un estrés post traumático que no logra superar. La conflictiva relación con su hija, que intenta alejar a la nieta para que no se contamine de la paranoia de la abuela, no hace más que empeorar la situación. Laurie ha pasado los últimos cuarenta años preparándose para el regreso de Michael, porque ella está segura de que en algún momento volverá. Y esta vez, Laurie estará preparada. Por supuesto, Michael logra escapar en un confuso accidente (que puede ser un accidente o no) cuando lo trasladan a un nuevo hospital y decide regresar a Haddonfield a celebrar Halloween con sus viejos conocidos. El encuentro con Laurie será tan inevitable como brutal. Este nuevo reinicio de las aventuras del asesino enmascarado y la niñera justiciera es de lo mejorcito que se ha hecho en toda la saga. Es bastante respetuosa del material original y se siente increíblemente real. Michael vuelve a dar miedo otra vez, ya no es tratado como un bufón enmascarado. Los personajes son creíbles y trágicos. Sobre todo Laurie. Su dolor, su miedo, la culpa por haber sometido a su hija a crecer en un entorno de temor y paranoia constantes, se sienten muy intensos y honestos. No sé si la película funciona como un estudio sobre enfrentar los traumas del pasado y la lucha por enfrentar y vencer el abuso (sería volar demasiado alto), pero lo cierto es que esos temas están ahí y le dan mucha carne y consistencia a los personajes. No estoy diciendo que sea una película perfecta. Tiene sus puntos flojos y personajes que son un auténtico desperdicio (el "plot twist" del doctor Sartein, ayudando a Michael a escapar y llegar a la casa de Laurie porque quiere verlo en acción, se siente tan artificial y forzada que roza el ridículo, es como si lo hubieran hecho solo para llevar a Michel del punto A al punto B), pero con todo es un trabajo muy sólido y hecho con esmero. Lo mejor del film: John Carpenter vuelve para componer la banda sonora.


HALLOWEEN KILLS (David Gordon Green, 2021) - Continuación directa de la película de 2018, que toma la posta exactamente donde la anterior termina, siguiendo el mismo mecanismo que usara Halloween II en 1981. Mienrtas Laruie, malherida, se dirige al hospital junto a su hija y su nieta, y su casa arde hasta los cimientos con Michael adentro, visitamos a otros ciudadanos ilustres de Haddonfield que estaban festejando la noche de Halloween. En un bar, están Tommy Doyle y Lindsay (los niños que Laurie salvara de Michael en 1978), además de la enfermera Chambers y Lonnie (el bully que molestaba Tommy en la escuela). Están recordando a las víctimas de aquella primera matanza. Por su parte, los bomberos llegan a toda prisa a la casa de Laurie para apagar el incendio. Como cabría esperar, Michael no ha muerto a causa de las llamas y sale de su escondite en el sótano, masacra a todos los bomberos y regresa al pueblo para dejar un tendal de muerte y sangre mientras se dirige de camino a su casa. Al enterarse de lo que está sucediendo, Tommy Doyle, junto con los demás, encabezará una patrulla vecinal que decidirá salir a dar caza a Michael y acabar con él de una vez por todas. Todo esto está aderezado por flashbacks a 1978 muy bien logrados, en los que veremos al doctor Loomis y a la policía la noche misma que atraparon a Michael por primera vez. La película es más brutal y explícita que la anterior (Michael se empieza a parecer más a Jason de las películas de Viernes 13, además de ser una suerte de ser inmortal), pero implica un bajón en cuanto a calidad narrativa. Lo cierto es que no hay muchos sustos ni demasiado suspenso, pero sí más sangre. Por otra parte, no veo el objeto de traer de vuelta a casi todos los personajes de la película original, si los van a matar al poco tiempo, de la manera más rápida y rutinaria, casi como para cumplir con un trámite (la muerte de la enfermera Chambers, sobre todo, es una que bordea el ridículo... además, ¿por qué la enfermera Chambres estaría en un bar celebrando Halloween con los supervivientes de la primera película, para empezar?). Y no solo ocurre con los personajes "viejos", con los nuevos también: aparecen, hacen alguna gracia y a los pocos minutos Michael los despacha sin mayores complicaciones. Demás está decir que el intento de justicia callejera iniciado por Tommy Doyle tendrá terribles consecuencias. La turba iracunda rara vez acierta a la hora de impartir justicia y terminan pagando justos por pecadores. Otra cosa que resulta un poco cargante es la repetición del mantra que se extiende por toda la película: todos los personajes no paran de gritar "¡El mal muere esta noche!" o "¡Él muere esta noche!"... Parecen hashtags de Twitter. Y es que en cierto modo, la turba iracunda actúa como lo hace en Twitter cuando quieren linchar/cancelar a alguien. No estoy diciendo que la película sea mala, no lo es ni por asomo. Solo le falta interés, dinamismo, y una construcción de personajes más sólida, lo suficiente para que lleguen a importarnos. Como dije antes, la reconstrucción de época está muy bien lograda, el efecto que utilizaron para resucitar a Loomis también. Recomiendo ver la original de 1978 para refrescarse la memoria antes de empezar con esta. Lo mejor, como siempre, la banda sonora compuesta por Carpenter.  Solo nos resta ver qué sucederá con Halloween Ends, la última de esta nueva trilogía, que se estrenará en 2022.


Muy bien, amiguitos, eso es todo por ahora. Esperamos que esta entrada haya arrojado luz sobre esta mítica saga de terror creada por el maestro Carpenter y Debra Hill y los ayude a entender mejor de qué se trata todo.


¡Feliz Halloween y hasta la próxima!