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sábado, 26 de diciembre de 2015

Dos o tres "reflexiones" sobre la nueva clase media

El principal problema de los gobiernos progresistas que tenemos/tuvimos en América del Sur es que, sin quererlo, crearon una nueva clase social: el BCM (Bobo Clase Media).

-El Bobo Clase Media actúa siguiendo los patrones del nuevo rico: gasta más de lo que tiene en cosas que no necesita para ostentarlas ante sus familiares y vecinos, esperando causar envidia. Claro, cuando revienta la tarjeta de crédito y no le alcanza para pagar la luz se pone furioso y grita pidiendo la cabeza del ministro de economía.

-Es alguien que pasa vociferando sobre los impuestos, la inflación y demás, asegurando que así no se puede vivir, mientras sale del shopping con las manos abarrotadas de bolsas llenas, o de grandes centros comerciales con el carrito repleto a más no poder.

-El BCM es un espécimen que se caracteriza por tener una memoria selectiva. Es alguien que en estos años logró comprarse un auto cero kilómetro, un televisor de plasma de cincuenta pulgadas, un iphone y demás porquerías y se da el lujo de calificar a los que están por debajo de él en la escala social de "pichis" o "negros de mierda". Pero es el mismo Bobo que en el 2001/2002 iba al almacén a fiar 100 gramos de fideos porque no le alcanzaba ni para comprarse el paquete entero.

-El BCM también es dueño de una indignación selectiva. Es capaz de llorar y gritar al ver la foto de un niño ahogado, la cual sube a las redes sociales adornada con bonitos hashtags como #Indignante o #Vergüenza. Pero es incapaz de sentir esa misma indignación por los cientos de miles de niños sirios que mueren por las bombas de las potencias invasoras, ni por las causas que hicieron que ese niño terminara ahogado en una playa.

-Además, el BCM es un egoísta neófito. Cuando su situación era crítica, hacía gala de solidaridad, de empatía y comprensión hacia el prójimo que estaba en su misma situación (o peor). Pero ahora, que su situación es mejor, hace gala de un extraño individualismo, como si los demás dejaran de importarle. Eso sí, como en el fondo siente que es la Madre Teresa, una vez por año dona cincuenta pesos a la Teletón.

-El BCM hace doce años salía a la calle a protestar, a golpear cacerolas pidiendo trabajo, salud, dignidad, etc., pidiendo la renuncia de los políticos y economistas que lo llevaron a esa situación desesperada e inhumana. Y hoy sale a protestar por terribles calamidades como no poder irse de vacaciones a Ibiza este verano.

-El BCM es un organismo extremadamente influenciable, que tiene predilección por los medios masivos de comunicación (CNN, Fox News, Grupo Clarín, etc), de los cuales toma mentiras, medias verdades, tergiversaciones, y demás, como si fueran verdades absolutas e incuestionables, que luego repite como loro por todos lados (en especial las redes sociales) para que otros BCM como él se contagien de odio y propaguen las mentiras a su vez. Sobre todo le encanta repetir palabras como "dictadura", "populismo", “inseguridad”, “inflación”, y evocar valores de los que tiene apenas una vaga noción tales como “república”, “democracia”, “instituciones”, etc.

Es en este contexto, en el apogeo del BCM, que la nueva derecha latinoamericana (bruta, banal, inculta, superfulua, vacía, pero tan reaccionaria y nefasta como siempre) encuentra el nicho donde ejercer su poder e influencia. Por supuesto, también cuenta con la vieja y querida oligarquía, con la que siempre contó y que siempre fue, es y será oligarquía y de la que no se puede esperar otra cosa, pero que siempre será una minoría. Es con el nuevo ejército del Bobo Clase Media que la derecha logra hacer que la sociedad retroceda, que pierda conquistas, derechos, valores y demás, para volver a la época en que los políticos de turno no eran más que títeres de las corporaciones y los grupos concentrados de poder, que gobernaban en pos de su propio beneficio y no en pos del bien común.

La difícil tarea es hacerle ver al Bobo Clase Media que jamás llegará a ser oligarquía, que los políticos que ponga en los cargos importantes son los que van a determinar que pueda seguir cambiando el coche cada tres años o que vuelva a tener que comer guiso de lentejas en ollas populares, que lo que le cuentan en la TV y los diarios muchas veces es mentira o está tremendamente manipulado, que las personas que no están en su situación y reciben ayuda social también son seres humanos y no “negros de mierda”, “planeros”, “pichis” o “vagos”, que dependiendo de quien gobierne, él también puede terminar convertido en un “pichi”, y un largo etcétera. ¡Vaya si será difícil!