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lunes, 19 de abril de 2010

La máquina increíble

Este juego de 1992 creado por la inmejorable Sierra On-line (autora de grandes títulos de aventura como la saga King’s Quest, Space Quest, Shivers, etc.) es uno de los mejores juegos de ingenio jamás creado. No sólo es divertido hasta decir basta (cosa que, lamentablemente, no se puede decir muy seguido de los juegos de este género), sino que además es original y estimulante. Se puede dejar cualquier cosa que se esté haciendo con tal de pasarse un buen rato creando una máquina increíble.



Esta máquina en cuestión (la de la foto) es la primera que hice, hará unos trece o catorce años... quizá más. Cuando pienso en ella, los ojos se me llenan de lágrimas, como me ocurre al pensar en el juego en sí. Me encanta la idea de que uno mismo tenga la posibilidad de crear un mecanismo tan complejo como el de un reloj para producir una serie de reacciones en cadena, con el fin de lograr un objetivo. Sí, ya sé que muchas veces ese objetivo podía parecer mínimo en comparación con el enorme trabajo neto realizado por la máquina, pero justamente allí radica la gracia, el chiste, la magia que nos hace comenzar a jugar y no querer dejarlo.

En mi máquina, el objetivo era que la pequeña pelota de tenis que está en el extremo del subibaja quede atrapada por la jaula para pájaros que cuelga de la cuerda. Para lograrlo, el balde que está atado a una cuerda que pasa por una polea y que se encuentra en el extremo elevado del subibaja, cae sobre el mismo, catapultando la pelota de tenis, la cual rebota en el tocón dorado de arriba para finalmente caer en la plataforma de ladrillo que hay debajo. A la misma vez, el balde enciende la lámpara que hay en la parte superior, al caer y tensar la cuerda que lo ata a la misma. Cuando la lámpara se enciende, el haz de luz pasa por la lupa, amplificándose, y consigue encender la mecha de la dinamita. Cuando la dinamita explota, alerta al hámster, que empieza a correr en la rueda, moviendo los engranajes que tiene debajo. Estos, a su vez, hacen girar la cinta sin fin sobre la que descansa la bola de bolos, que al llegar al final, cae y corre por la pasarela de ladrillo hasta accionar el botón del guante de boxeo retráctil. El guante golpea el proyectil de cañón que está en la otra plataforma. Este se desliza, rebota en la tubería vertical que hay a la derecha y luego se precipita hasta el trampolín que hay debajo, en donde rebota y se eleva, para caer encima de la tijera, cerrándola. La tijera corta la cuerda que sostiene la jaula y esta cae atrapando la pelota de tenis que estaba en la plataforma de abajo. A la misma vez, el proyectil de cañón rebota en el trampolín que está junto a la plataforma y termina sobre esta, justo al lado de la jaula. Al leer esto, uno podría pensar que la máquina tarda al menos veinte minutos en alcanzar su objetivo... Pero no. Lo cierto es que lo cumple en menos de diez segundos. Y lo irónico es que crear la máquina me llevó casi una hora, porque tuve que pensar muy bien lo que quería hacer con los objetos y hay que calcular muy bien distancias y alturas para que no choquen entre sí o se bloqueen... Eso es precisamente lo que nos hace pensar.

The Incredible Machine es un juego que, sin duda, vale la pena jugar. Aún hoy, con los juegos que existen hoy en día, crear máquinas increíbles con este pequeño, sencillo pero espectacular juego de Sierra es tener horas y horas de diversión garantizada.

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